Gobierno no incluira recursos de libre disposición en el presupuesto que deberá ser ejecutado por un nuevo gobierno.

En la columna de Luis Larraín en el Libero.cl  Presupuesto 2026,  lo que esconden las cifras: Debiera preocuparse el Presidente de cumplir sus compromisos, en lugar de referirse a las propuestas de candidatos presidenciales de rebajar el gasto; pues si estas últimas sí se cumplen podremos corregir la preocupante tendencia a aumentar el gasto público.

Segun indica El Libero.cl, En su discurso del martes el Presidente Boric se refirió al proyecto de Ley de Presupuesto 2026, que desde esta semana empieza a discutir el Congreso. Llamó la atención, además del tono complaciente de la exposición considerando que tenemos los peores resultados económicos desde la vuelta a la democracia, que por primera vez no se incluyeran recursos de libre disposición en un presupuesto que deberá ser ejecutado por un nuevo gobierno. En efecto, ha sido una práctica habitual que cada cuatro años el presupuesto incluya una Provisión para Distribución Suplementaria (la llamada Glosa Republicana) que permita al nuevo gobierno instalarse y ejecutar algunas acciones que considera muy importantes para la marcha económica del país en el corto plazo. Adicionalmente, se incluye también una facultad especial de asignación de recursos.

Así, por ejemplo, la segunda administración de Sebastián Piñera dejó para el Presupuesto 2022 un total de 678 millones de dólares de libre disposición para el gobierno de Gabriel Boric. Lo mismo había hecho para el 2018 Michelle Bachelet y así hacia atrás. El gobierno, que recibió esos recursos de Piñera 2, propone no considerar un monto para esos efectos. La explicación que se ha dado es que se recogería una recomendación de una comisión de expertos nombrada por Mario Marcel que sugiere reemplazar los recursos de libre disposición por mayor flexibilidad presupuestaria. El hecho es que Boric recibió recursos de libre disposición y propone no dejarlos para el próximo gobierno. Demás está decir que esa propuesta, de ser aprobada, permitiría mostrar al Presidente números mejores que si continúa con la práctica republicana de sus antecesores.

Sin embargo, este no es el único “presente griego” que la administración del Presidente Boric dejará a su sucesor en materia presupuestaria. Como ha trascendido en la prensa (Diario Financiero) en la industria se han hecho estimaciones que sitúan en 1.000 millones de dólares la deuda vencida del Minvu, lo que estaría afectando seriamente la cadena de pagos en el sector de la vivienda social. El ministro Montes desmintió el martes esta cifra, afirmando que la deuda vencida sería un noveno o un décimo de ella, pero sin dar antecedentes ni precisiones al respecto. La Asociación de Desarrolladores de Viviendas Sociales había advertido hace quince días que sólo en la Región Metropolitana había un déficit de 312.000 millones en el presupuesto del Serviu Metropolitano. Agregaron que el Serviu no tiene recursos desde julio para pagar estados de avance de obras en ejecución y que también hay terrenos impagos y familias que no pueden cobrar el subsidio por falta de fondos.

En el sector salud hay un problema de magnitudes similares. El presidente de Clínicas de Chile ha dicho recién que la deuda pública con prestadores privados ha aumentado de manera alarmante, llegando a 434.000 millones de pesos. ¡Un incremento de 57% desde el mes de mayo! A esto se agrega la deuda de hospitales públicos con sus proveedores, que según algunos cálculos alcanzaría a 194.000 millones a fines de agosto. En este caso, los más perjudicados son los usuarios que están en listas de esperas pues ante deudas vencidas y sin fecha de pago algunos proveedores se ven obligados a suspender el suministro de insumos.

Por último, desde el punto de vista macroeconómico, el presupuesto 2026 presentado por Boric sufre de los mismos problemas que sus presupuestos anteriores: sobrestimación de ingresos e insuficientes esfuerzos de contención del gasto. Esto afecta seriamente la convergencia hacia un balance estructural. Si el año 2024 el déficit estructural llegó a 3,3% del PIB en lugar del 1,9% proyectado; el 2025 superará ampliamente el déficit proyectado de 1,1% para situarse entre 1,6% y 2,5%.

La comparación de crecimiento del gasto para 2026 que anunció en su discurso el Presidente Boric, de 1,7% respecto a la ley aprobada por el Congreso, debe ser mirada entonces en perspectiva, pues es también un crecimiento de 4,1% respecto del gasto que debió haber alcanzado el Ejecutivo para cumplir su meta 2025.

Y esto ocurre porque los esfuerzos de contención de gasto a los que se comprometió no han sido efectivos. Debiera preocuparse el Presidente, entonces, de cumplir sus compromisos, en lugar de referirse a las propuestas de candidatos presidenciales de rebajar el gasto; pues si estas últimas sí se cumplen podremos corregir la preocupante tendencia a aumentar el gasto público.

En efecto, en los últimos diez años el gasto en personal del Estado ha aumentado en un 50%, pasando del 4,6% al 7,1% del PIB, sin mejoras significativas en los servicios que reciben los chilenos. Por ahí va el camino a la convergencia fiscal.

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